lunes, 30 de agosto de 2010

Oilagorra

Para ser cazador de becadas no hace falta ser un atleta y mucho menos disponer de perros superclase avalados por pedigríes de canes ganadores en los campeonatos de San Apapucio Bendito.


Para cazar becadas tampoco hay que ser campeón de caza, aun cuando estos últimos merecen todos mis respetos por cazar un ave silvestre en su medio sin dar lugar a cambalaches. Para ser cazador de becadas hace falta sentir y obedecer la llamada del monte en todo su esplendor. Jamás será un cazador de becadas quien no ame al monte en todas y cada una de sus vertientes. Jamás cazará becadas quien no ame profundamente a los perros. Y lo más importante, la becada se puede cazar con éxito a cualquier edad y hasta con gastada salud. El cazador de becadas no es un sujeto que se dedica exclusivamente a cazar becadas. Un cazador de becadas es un buen cazador que empezó a ir tras de ellas desde su más tierna infancia y seguirá siguiéndolas hasta el día antes de su muerte. Y a pesar de ello, todos y cada uno de sus lances venatorios le parecerán distintos, conmovedores, ilustrativos, maravillosos, enriquecedores, únicos e íntimos, muy íntimos, motivos todos ellos por los que dará gracias a Dios por permitirle gozar de ellos.
La taxonomía de la becada es la siguiente: Clase: Aves. Orden: Charadriiformes. Familia: Scolopacidae. Subfamilia: Scolopacinae. Género: Scolopax. Especie: Scolopax Rusticola. De la becada se han acuñado muchos tópicos que poco o nada tienen que ver con la realidad. Puedo afirmar que la caza de becadas en el monte tiene mucho que ver con la caza de codornices en los rastrojos. El cazador de codornices es un cazador solitario que camina despacio observando el terreno sin quitar la vista de sus canes, permitiéndoles alargarse en función de la hora del día y de dónde cace. Al principio, la codorniz aguanta muestras. Luego se corre y vuelve locos a los canes. En muchas ocasiones, la codorniz se levanta antes de que llegue el perro. Pues bien, la becada hace lo mismo, pero al hacerlo en el monte no tenemos la misma visión del terreno que en los rastrojos y encima hay que añadir la dificultad del tiro por el arbolado.

DÓNDE ESTÁN
Para cazar becadas hay que tener muy en cuenta la meteorología de todo el año en general y la de los días anteriores al de la caza en particular. Es la única manera de conocer de antemano dónde estará el alimento de la becada y de paso conocer dónde se albergará. Todo ello sin perder de vista las praderas tradicionales de pasto y los claros del monte.

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